jueves, 31 de julio de 2008

Vida de película.

Pensé que esto tendría una despedida de esas que te emocionan por su belleza, porque sabes que cuando vuelva será aún mejor. Pero no, no fue así. Vine y seguía en los mejores cine una película que si nos guiamos por este blog parece estancada, parada, incluso muerta.
Pero no, no creo que sea así. Además no lo deseo, ni por todo el oro del mundo. Compartir, aunque sea de vez en cuando, una sonrisa vigilada y perpetrada por unos ojos negros tan profundos y sinceros partícipes de un 'mundo imperfecto' jamás desvelado hace que quieras vivir en una película sin fin. Por una vez deseas vivir en Memorías de África sólo porque sabes que es eterna, que nunca se acaba. Además, es una obra de arte. Es preciosa.
Recuerdo que la primera vez que la vi fue una tarde de resaca que la ponían (echaban, daban) por Televisión Española, cadena que siempre recordaré por sus buenas películas (cuando les da la gana), pero sobre todo por sus interminables anuncios que te hagan muchas veces plantearte cambiar de canal. Pero me parecía tan sumamente espectacular, me sentía tan a gusto conmigo mismo curando la resaca del día anterior, sentía una felicidad tan grande, que aguante los descansos a la perfección.
Porque no importa el primer anuncio cuando aún queda toda la película por delante.
Así que así estamos. En descanso. Aprovechen para ir a mear y hacerse unas palomitas que volvemos llenos de sorpresas y asegurando un final feliz.

1 comentario:

Álex dijo...

quizás no debía haberte confesado que nunca vi Memorias de África